martes, 21 de abril de 2009

Semana Santa del 2009 en Santiago de Anaya, Hidalgo

¡Alegría y paz, porque el Señor Resucitó! El pasado domingo 5 de abril a las 8:00 am el templo parroquial se lleno de personas con camiseta amarilla y paliacate morado. Eran parte del equipo de misiones que tanto en la parroquia como en la parroquia vecina de Meztitlán, compartirían en las comunidades su fe y el gozo en Jesús muerto y resucitado. En esa misa tuvimos la celebración de envió a laicos venidos de otros lugares y saldrían de esta parroquia a otra comunidad parroquial. Con el ánimo desbordante de ser enviados y una vez terminado el desayuno que compartimos, cada uno de ellos se trasladaron a las comunidades designadas, de las cuales sus fiscales o catequistas ya los esperaban en camionetas para llevarlos a sus respectivas comunidades. La preparación había ya concluido, ahora había que llevar esa Buena Nueva y los materiales preparados; a la vez que ser creativos en la transmisión del mensaje del Cristo vivo y presente en la comunidad. En la víspera, es decir el día sábado, llegaron los misioneros laicos de la parroquia del Sagrado corazón de Jesús, el domingo por la mañana llegó el autobús que los misioneros laicos de la parroquia de Jesús de Belén habían contratado para su traslado a esta parroquia. Algunos más llegaron el día sábado para participar en la muestra gastronómica. Y finalmente llegaron el jueves 9 de abril otros misioneros que venían de SLP. Previamente unos MAVD el día sábado se trasladaron a Huejutla, Hidalgo, donde se integrarían al equipo de los MAVD, venidos de varias partes de la República Mexicana para vivir la Semana Santa entre hermanos indígenas de la Huasteca hidalguenses. Con ellos y ellas los padres Louis y Héctor completamos el equipo de misiones de esta parroquia. Vimos la conveniencia de formar un equipo itinerante formado por los Ingenieros, la médico cirujana, las estilistas en corte de cabello, la arquitecta que capacitaría en repostería. Por medio de ellos en las comunidades sugeridas se capacitarían a los que desearan conocer las bondades de los calentadores solares, de los que serían capacitados para tener en casa una sencilla, pero bien hecha, instalación eléctrica, de los que quisieran aprender a preparar algunos pasteles, galletitas o postres sencillos. Por medio de ellas se harían cortes de cabello gratis. En fin un equipo itinerante que deseosos de compartir sus capacidades personales y técnicas, se trasladarían cada día a diferentes comunidades donde sus servicios fueran más urgentes. Resulto una experiencia muy rica, aunque intensa, cansada y limitada por lo que se podía hacer en un breve espacio de tiempo. Esta experiencia de Semana Santa nos ha hecho tomar consciencia de la riqueza de la Misión: recibimos misioneros laicos, pero también dimos misioneros para la Iglesia. Un grupo de 60 personas aproximadamente nos distribuimos a lo largo de la parroquia de Meztitlán en 6 comunidades, en la parroquia de Huejutla y en la de Santiago en 8 comunidades. De tal manera que preparamos los días Santos en cada comunidad, hicimos algunos servicios sociales en cada comunidad, visitamos cada casa de la comunidad que nos fue asignadas y pudimos celebrar el Domingo de Ramos, con lo que inauguramos la Semana Santa ; el Jueves Santo día en que celebramos: la institución de la Eucaristía, la Institución del Sacerdocio y el día la fraternidad con el Lavatorio de pies; el Viernes Santo acompañar a Jesús en su Pasión y muerte con el Viacrucis por la mañana ,algunos en medio de un intenso sol, polvo y de larga duración (uno duro cinco horas)y la celebración sugerida por la jerarquía de la Iglesia; el sábado en todas comunidades celebramos los signos sugeridos para esa noche: la bendición del Fuego y del Cirio Pascua, la bendición del Agua Bautismal, las lecturas del Antiguo Testamento (a lo menos 1,3,5,7) y las otras 2 del Nuevo Testamento, y el recibir la comunión. En fin una semana intensa, llena de retos por compartir y superar, donde el conocimiento interno del equipo y de la comunidad se enriqueció mutuamente. En donde los limites que nos fueran adversos se pudieron superar. Donde la creatividad estuvo presente cada día. Y donde la actitud de servicio fue la característica principal de los misioneros, siguiendo el lema: “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. El domingo de Resurrección, día 12 de abril del 2009, nos fuimos reuniendo, poco a poco, en el salón parroquial, para hacer la evaluación de la misión y Semana Santa. La mayoría de los equipos pudimos evaluar lo vivido; faltando algunos equipos por la distancia o que tenían celebración por la mañana. Pero todos nos pudimos encontrar para la Eucaristía de Resurrección a las 12 pm. Dentro de ella, pudimos recuperar lo vivido en esta semana: la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús y plantearnos lo expresado en el Evangelio de Marcos 16, 7: “Y ahora, vayan a decirle a Pedro y sus discípulos: El va camino de Galilea; ahí lo verán, tal como les dijo”. En base a esto, nos queda la pregunta y ahora ¿qué sigue? Han surgido algunas ideas, pero queda pendiente profundizarlas y sobre todo hacerla realidad. Tendremos la oportunidad de madurar estas ideas, y más adelante poner los pasos adecuados para hacer realidad estos anhelos de Resurrección del Señor Jesús. Sabiendo que ya no esta el Señor Jesús en el sepulcro, sino que camina a nuestro lado, en el “galilea” del Señor Jesús, que fue la sede de la mayor parte de su predicación y donde pudo realizar sus milagros porque ahí encontró fe; es el lugar en donde se fue dando la conversión de los paganos. Pues, con este deseo y ardiente nuestro corazón como aquellos peregrinos de Emaús (Lc 24, 13-35), terminamos la Misa, continuamos con la Mesa con varios de los platillos donados por la comunidad católica de Santiago de Anaya, Hidalgo. Que le Señor Jesús Resucitado motive tu caminar por la vida, anunciando la Buena noticia del Reino de Dios y que con tus obras complementes el proyecto de Dios con nosotros.